Hombres que sean honrados y sinceros en lo más íntimo de sus almas.
Hombres que no teman dar al pecado el nombre que les corresponde.
Hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo.
Hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos".
Elena de White
La Educacion, P.54.
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